Abril 27 de 2012
El pasado 23 de abril, con una multitudinaria movilización de más de 60.000 personas, fue lanzado ante el país el nuevo movimiento político y social Marcha Patriótica, compuesto por casi 1.500 organizaciones de todos los rincones de Colombia que deliberaron durante dos días en Bogotá y escogieron, de entre más de 4.000 delegados, a sus 29 voceros que conforman el Consejo Patriótico Nacional, que permitirá articular a esta colectividad.
La Marcha Patriótica integra a campesinos, indígenas, afrocolombianos, trabajadores, estudiantes, mujeres, jóvenes y defensores de derechos humanos de 26 de los 32 departamentos del país con una propuesta claramente antiimperialista, en defensa de los derechos del pueblo y como alternativa ante el neoliberalismo como modelo económico impuesto por el capital financiero extranjero. Sus apuestas de cambio se enmarcan en combinar la movilización social y la participación electoral como ejercicios ciudadanos para la transformación social de Colombia, bajo la bandera de la segunda independencia y un programa que recoge problemáticas relacionadas con la tierra, la defensa del territorio, la reivindicación del trabajo, la educación, la salud, la seguridad social, los tratados de libre comercio y las políticas militaristas del gobierno actual. Los acuerdos fundamentales del nuevo movimiento se concentran en una declaración política acordada por los delegados de las organizaciones participantes en el nuevo movimiento, que se reunieron en el centro de convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada el 21 y 22 de abril.
Esta iniciativa de articulación de las organizaciones sociales, movimientos y sectores políticos de izquierda surgió en 2010, con motivo de la conmemoración del bicentenario de la Independiencia, y agrupa a organizaciones como el Partido Comunista Colombiano (PCC); Izquierda Liberal en Marcha, integrada por disidentes del Partido Liberal encabezados por Piedad Córdoba y Juan Manuel López; Otra Colombia Posible, de la exalcaldesa de Apartadó Gloria Cuartas; el Movimiento por la Constituyente Popular (MCP); sectores del Polo Democrático Alternativo; sobrevivientes de la Unión Patriótica; la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (Fensuagro); la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC), galardonada con el premio Nacional de Paz 2011; la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y la Coordinación Nacional de Organizaciones Agrarias y Populares (CONAP), entre muchas otras.
Gloria Cuartas, vocera de Marcha Patriótica e integrante de la Junta Patriótica Nacional afirma que “en medio de la diversidad de expresiones políticas y sociales que tiene el país, la Marcha Patriótica es una oportunidad de articular historias y procesos sin necesidad de perder nuestras propias autonomías”, lo que definiría la principal fortaleza del nuevo movimiento. Por su parte, la senadora Ángela María Robledo, integrante de Colombianos y Colombianas por la Paz, indica que “hay una reconfiguración del mapa político partidista en Colombia y que la Marcha Patriótica sea compuesta por movimientos sociales significa que tiene una estrecha relación con las bases de la sociedad y fortalece lo que en Colombia está consagrado en la Constitución Política como una democracia participativa”.
Diversas propuestas de país con agendas comunes
No obstante, la Marcha Patriótica no es el único proceso de convergencia de organizaciones sociales que actualmente se da en el país. Desde 1999, cuando se funda el Frente Social y Político, se viene hablando de la necesidad de juntar los esfuerzos de distintos sectores para potenciar las luchas sociales por mejores condiciones de vida para la población, por la defensa de la sobernaía nacional, la naturaleza y contra la creciente militarización de Colombia.
Los antecedentes de la Marcha Patriótica pueden remontarse a las movilizaciones campesinas de 1996, a la Movilización Popular del Suroccidente de mayo de 2007, a la Minga Nacional de Resistencia Social y Popular de 2008, y al actual movimiento campesino por el reconcimiento y fortalecimiento de las Zonas de Reserva Campesina, que ha encabezado la ACVC.
A inicios de 2010, varios sectores sociales buscaron acercamientos para la conmemoración del bicentenario de la Independencia, con lo que dos inciativas nacionales intentaron confluir en las movilizaciones cercanas a la fecha del 20 de julio: el Congreso de los Pueblos, promovido incialmente por organizaciones indígenas del Cauca, y la Marcha Patriótica y Cabildo Abierto por la Independiencia. Sin embargo, las tensiones que durante años han acumulado las organizaciones sociales, debidas a prácticas sectarias dentro del movimiento social, impidieron que ambas iniciativas se unieran, a pesar de que cuentan con grandes similitudes, están compuestas por organizaciones de los mismos sectores sociales y buscar construir una plataforma común para las luchas sociales. Así, la Marcha Patriótica presentó su “Memorial del agravios” ante el Congreso de la República el 21 de julio y el Congreso de los Pueblos realizó una jornada de movilización el 19 de julio para presentar la propuesta con la que abriría su proceso de “legislar desde abajo” y que llevó a más de 30.000 delegados de organizaciones de todo el país a Bogotá en octubre de 2010.
A pesar de los tropiezos, estas dos grandes plataformas de unidad y un grupo de importantes organizaciones políticas y populares conformaron, a mediados del año pasado, un espacio de articulación al que denominaron Coordinación de Organizaciones y Movimientos Sociales de Colombia (Comosocol), desde donde se intenta establecer acuerdos en los asuntos fundamentales que unen a estos sectores.
Según Iván Cepeda Vargas, congresista del Polo Democrático Alternativo, el lanzamiento de la Marcha Patriótica como movimiento político y social es un hecho muy importante para el país y para estos procesos de unidad: “estoy convencido de que los puntos que nos unen son muchos y lo que nos separa es realmente insignificante”.
Sin embargo, la noticia de la aparición de una nueva agrupación de izquierda que dispute los escenarios electorales a los partidos tradicionales y a la coalición de ‘Unidad Nacional’ tiene inquietos a algunos sectores del Polo Democrático Alternativo (PDA), como el MOIR, del senador Jorge Enrique Robledo, y Polo que Suma, de Clara López Obregón, exalcaldesa de Bogotá y actual presidenta de la colectividad, por la posibilidad de que reste votos a ese partido en las próximas elecciones. Ante los rumores de expulsiones y rupturas en el seno del PDA, que apuntan en concreto al PCC y al MCP, Carlos Lozano Guillén, director del Semanario Voz e integrante del Partido Comunista Colombiano, señala que su partido puede participar tanto de la Marcha Patriótica como del PDA, pues “no existen contradicciones al respecto […] A la Marcha Patriótica la consideramos como una esperanza de la izquierda y para fortalecer las luchas sociales y populares en Colombia”.
Marchando con dignidad, a pesar de la estigmatización
Desde tempranas horas del domingo 22 de abril fueron llegando a Bogotá los participantes en la Marcha Patriótica. De acuerdo a informaciones de la Secretaría de Gobierno Distrital y a los organizadores del encuentro, 2.500 buses ingresaron a la capital para participar en la movilización que sumó a más de 60.000 personas en el centro de la capital colombiana, luego de haber partido del Estadio el Campín, el Parque Nacional y el Parque Olaya Herrera y haber caminado por el oriente de la ciudad en una tarde de fuertes lluvias, congestión vehicular y una exagerada militarización: más de 3.000 uniformados se encargaron del operativo de seguridad, luego de que tanto el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, como el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Luis Eduardo Martínez Guzmán, señalaran que la actividad estaría supuestamente infiltrada por la guerrilla de las FARC.
Las declaraciones del ato mando castrense y de los principales voceros del uribismo, como el exasesor presidencial José Obdulio Gaviria y el abogado Jaime Restrepo, han desatado toda un serie de especulaciones en la prensa que han generado un fuerte señalamiento contra la Marcha Patriótica, haciendo temer que este proceso sea estigmatizado, reprimido o, incluso, sometido al exterminio, como ya ocurrió con la Unión Patriótica, A Luchar y el Frente Popular en los años 80.
De acuerdo con la comisión de derechos humanos de la Marcha Patriótica, desde el 24 de marzo se detectó a infiltrados de la Fuerza Pública vestidos de civil en los eventos preparatorios del encuentro en Bogotá o haciendo seguimientos a los participantes. Adicionalmente, denunciaron la presión que miembros del Ejército y la Policía ejercieron para que las delegaciones provenientes de ciertas regiones no llegaran a Bogotá, bajo argumentos de que iban a ‘tomarse’ la capital o a participar de acciones violentas. También arreciaron las amenazas contra los líderes de varias organizaciones participantes de ese movimiento en distintos rincones del país y, hasta la fecha, sigue desaparecido el dirigente campesino Hernán Henrry Díaz, quien se dirigía el 18 de abril a organizar el grupo que participaría en el encuentro de Bogotá desde el departamento de Putumayo.
En la declaración de la delegación internacional asistente al lanzamiento de la Marcha Patriótica, el presidente de la Liga Argentina de los Derechos del Hombre, José Schulman, afirma que “fuimos testigos de numerosas amenazas e intimidaciones a varios de los más de 4.000 delegados colombianos que se hicieron presentes […] Convocamos al gobierno de Santos a que tome medidas efectivas para garantizar el libre ejercicio de la actividad política, social y sindical en Colombia”.
Solidaridad y apoyo internacional
Una delegación internacional de 130 personas fue invitada al lanzamiento de la Marcha Patriótica. Delegaciones latinoamericanas de países como Brasil, Nicaragua, Venezuela, Argentina, Ecuador, Uruguay, San Salvador, Chile, Méjico y Cuba estuvieron presentes. Respecto al continente europeo, hicieron presencia invitados de países como España, Catalunya, Alemania, Portugal, Bélgica y Dinamarca, entre otros. Estados Unidos, Canadá y Australia también hicieron una importante presencia y se destaca la invitación especial a la Fundación Emiliano Zapata con la participación de Edgar Rafael Emiliano Zapata, bisnieto del revolucionario mexicano.
El salvadoreño Jorge Schakif Handal, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), manifestó que “para poder gozar de una pequeñísima ventana de democracia, hemos tenido que pasar una guerra con una alta cuota de sacrificio, con más de cien mil almas perdidas que dieron su vida por esta lucha. Eso que ustedes están haciendo hoy será la semilla de la transformación de Colombia por el cambio de las luchas sociales”.
Por su parte, Pedro de la Cruz, líder indígena y asambleísta del partido Alianza País del Ecuador, señaló que “nuestro país ha decidido cambiar el modelo económico neoliberal por una economía social y solidaria, y en ese marco estamos realizando leyes que benefician a la humanidad […] porque es necesaria la liberación de nuestros pueblos latinoamericanos del imperialismo”.
Protestando bajo la lluvia y la música
A pesar de las dificultades, los señalamientos y el torrencial aguacero que bañó a la capital colombiana en la tarde del 23 de abril, la marcha por las calles de Bogotá con la que se dio a conocer el nuevo movimiento transcurrió en calma y fue un ejemplo de organización.
Los manifestantes, congregados en la Plaza de Bolívar, dieron lectura a la declaración política acordada en las sesiones de los días anteriores y presentaron a los 29 voceros que conforman el Consejo Patriótico Nacional. El evento estuvo acompañado por la presentación de decenas de agrupaciones musicales, como Pornomotora, 1280 Almas, Piero y KOP, entre otros.
De acuerdo con algunos de los voceros del Consejo Patriótico Nacional, el lanzamiento de este nuevo movimiento político y social es sólo otro paso en el largo camino de la unidad que necesitan las organizaciones populares para impulsar un modelo de país en el que se garanticen los derechos de las mayorías, pues de las nuevas alianzas y acercamientos que se produzcan entre los principales espacios de confluencia, el Congreso de los Pueblos y la Marcha Patriótica, dependerá la recuperación de la esperanza de cambio de parte de una población que requiere con urgencia tranformaciones de fondo en un país como Colombia.
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