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Mayo 28 de 2007

Cerrada indefinidamente la Universidad Nacional por primera vez en 23 años

Esta mañana, hacia las 7:20am, el rector de la Universidad Nacional de Colombia, Moisés Wasserman, divulgó ante las cámaras de televisión la orden de cierre indefinido de esta institución. Las directivas de la UN justifican su decisión en los supuestos actos de “150 personas violentas que se quedaron al interior del campus, bloquearon los edificios rompiendo las chapas, amontonando pupitres en algunos de ellos e impidiendo la entrada a las personas que quieren estudiar, quieren enseñar y quieren investigar en la Universidad” y manifestaron la existencia de daños en edificios y bienes de la universidad que, en nuestra visita del día de hoy al campus de la sede Bogotá, no fue posible constatar.

Mientras la asamblea general triestamentaria de esta mañana abarrotó el auditorio León de Greiff para exigir el levantamiento de la orden de cierre y la derogatoria de los numerales 32 y 38 del Plan Nacional de Desarrollo, el rector se encargó de presionar al Gobierno Nacional en busca del apoyo policial para un desalojo violento del campus, similar a los realizados en diferentes colegios de Bogotá durante el fin de semana.

A pesar de las declaraciones de Wasserman, en las que asegura que el movimiento universitario se compone de “un número muy pequeño de personas”, que señaló en menos de 150 personas, más de 5.000 estudiantes marcharon hacia la 1:30pm hasta el custodiado edificio Uriel Gutiérrez, antigua sede de las residencias universitarias y hoy refugio de la administración universitaria, para protestar por la medida y rechazar la propuesta de plebiscito virtual que el directivo anunciara para el día viernes 1 de junio, en la que se preguntaría a la comunidad si desea seguir con el semestre académico o continuar la asamblea permanente.

“No estamos interesados en participar en una consulta amañada que desconoce a uno de los estamentos de la universidad y que utiliza preguntas manipuladoras”, señaló Arturo Olarte, representante de los estudiantes al Consejo Superior Universitario de la UN, refiriéndose a la exclusión de los trabajadores de la universidad de cualquier forma de participación en sta importante decisión. “Es como poner a la gente a decidir entre defender su semestre y defender la universidad, lo que está tratando es de confundir a la gente para acabar el movimiento”, señaló uno de los trabajadores durante la movilización.

A peasar de la presencia de la policía en el perímetro del campus universitario, así como agentes de civil y vehículos que, desde la noche del sábado, rondan por las entradas de la universidad, los estudiantes, profesores y trabajadores se mantienen al interior de la universidad realizando asambleas por facultades y han acordado mantener la agenda de movilización acordada en el encuentro nacional tirestamentario del fin de semana. Adicionalmente, han rechazado cualquier tentativa de desalojo violento y han llamado a organizaciones sociales, populares, defensores de derechos humanos, a la prensa alternativa y a la ciudadanía en general a hacer presencia en la UN e impedir su cierre.

Éste es el primer cierre indefinido de la UN desde el 17 de mayo de 1984, cuano el ex rector Fernando Sánchez Torres ordenó el cese de las actividades académicas y renunció a su cargo por los hechos violentos que, el día anterior, causaron la muerte, detención o maltrato de numerosos estudiantes por el ingreso de la policía al interior del campus.

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Rector de Universidad Pedagógica Nacional ordena cancelación de semestre

Por: Bruno Matapay

En la Universidad Pedagógica Nacional, el Consejo Académico decretó arbitrariamente la cancelación del semestre, aduciendo que el bloqueo del acceso a ingreso a algunos edificios y el campamento de los estudiantes en el campus vulneraban “los derechos fundamentales consagrados en la Constitución Política”.

Dicha medida es contraria al querer de la comunidad universitaria, manifestada en las multitudinarias asambleas, en la participación activa de las organizaciones de estudiantes, profesores, empleados y trabajadores en el movimiento e, incluso, en los pronunciamientos de varias facultades, que saludaban la organización y responsabilidad evidenciadas en la protesta.

El escueto comunicado del Consejo Académico no hace referencia a las verdaderas causas de la movilización ni cita argumentos relacionados con el calendario académico, pues, en los distintos escenarios de la comunidad académica, se ventilaron varias opciones que hubiesen permitido el cumplimiento de las obligaciones curriculares sin perjudicar a los estudiantes.

Sin embargo, parece haberse impuesto el cumplimiento de órdenes superiores. La comparecencia de algunos decanos frente al profesorado evidenció que no había ninguna intención de escuchar a la comunidad académica. Aunque afirmaron que se habían abierto “todos los espacios posibles de diálogo”, primó el criterio de imponer por la fuerza la “paz social” que tanto requiere el primer mandatario en estos días aciagos, ahogando la expresión de un movimiento universitario unificado y fortalecido.

A esta hora, el rechazo a la medida ha calentado los ánimos en la UPN y ha generado un campamento de unos 500 estudiantes que se mantendrán apostados al interior de la universidad para evitar el cierre definitivo de esta casa de estudios. De la misma manera, han declarado estar dispuestos a seguir adelante con la lucha contra el Plan Nacional de Desarrollo, hasta que sean derogados los numerales 32 y 38 de la norma, denunciado el contenido lesivo de estos contra el derecho a la educación del pueblo colombiano.

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