Geovani Montalvo – enero 27 de 2012
“Los Acuerdos de Paz no solucionaron los problemas del pasado, como la pobreza, la inseguridad y la injusticia”, es una de las conclusiones de la reciente encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop), de la Universidad Centroamericana ‘José Simeón Cañas’ (UCA), en el marco del vigésimo aniversario de los pactos que pusieron fin a casi dos décadas de guerra civil en El Salvador. Más de la mitad de la población salvadoreña piensa que los Acuerdos de Paz, firmados el 16 de enero de 1992, se cumplieron poco o nada, e incluso prevalece la opinión de que este país centroamericano se encuentra en una situación aún peor de la que estaba durante el conflicto armado que estalló en la década de los ochenta.
El estudio, realizado entre el 20 y 26 de noviembre pasado con una muestra nacional de 1.263 personas adultas y con un error muestral de más o menos 2,8%, fue publicado el pasado 18 de enero, dos días después de la conmemoración oficial de ‘la paz’ en la comunidad El Mozote (departamento de Morazán), donde el presidente Mauricio Funes pidió perdón por una de las más sangrientas masacres perpetradas en ese lugar por el Ejército de El Salvador contra miles de civiles inocentes.
La encuesta de la UCA revela que el 42,9% de la población piensa que los Acuerdos de Paz se cumplieron poco, el 28% considera que fueron cumplidos en algo, el 19,2% cree que se cumplieron mucho, mientras que el 8,6% opina que no se cumplieron en absoluto.
Quienes señalan con mayor insistencia que los Acuerdos de Paz no han sido cumplidos o se han cumplido poco son las mujeres, las personas de baja escolaridad y los mayores de 56 años. La firma de la paz generó grandes expectativas entre la población: la mayoría esperaba que éstos acuerdos acarrearan mejoras a la situación general del país. Sin embargo, la población encuestada considera que la pobreza, la seguridad y la justicia son las áreas más deficitarias de la postguerra.
El 71,2% indicó que la pobreza en el país ha mejorado poco o nada, mientras el 68,2% opina lo mismo con respecto a la seguridad. En todo caso, se confirma que la pobreza como problema estructural, uno de los factores que dio origen al conflicto armado, sigue siendo una importante deuda pendiente a dos décadas de la firma de la paz.
“Además de la criminalidad, las áreas que en la opinión ciudadana experimentan mayor deterioro luego de la firma de la paz en el país son la pobreza, la justicia y el respeto a la Ley por parte de los funcionarios públicos, mientras que el aspecto que reporta el mayor avance es la libertad de expresión”, subraya el estudio.
Las principales razones a las que se le atribuye la falta de avances en el país coinciden con los temas que en las últimas dos décadas se han convertido en las principales demandas ciudadanas. El documento apunta a que el 73% de los ciudadanos y ciudadanas están a favor de que se investiguen las violaciones a los derechos humanos y prevalece entre una importante mayoría de la población una clara demanda de justicia para las víctimas de la violaciones a los derechos humanos del conflicto armado.
En cuanto a la democracia, el 59,1% dijo que ésta había mejorado en nada o poco luego de la firma de la paz, en contraposición al 39,6% que considera que ha avanzado en algo o mucho. La encuesta también preguntó sobre qué tanto mejoró la libertad de expresión en el país luego de los Acuerdos de Paz, frente a lo cual el 58% cree que en algo o mucho, mientras que para el 42% ésta ha mejorado poco o nada en el país.
Un contraste de estas opiniones con las recabadas en una encuesta similar cursada por la UCA, al cumplirse los diez años de los acuerdos, revela que se han reducido en cerca de 20 puntos porcentuales los que opinan que el país está mejor, mientras que se han duplicado los que piensan que el país sigue igual, en el transcurso de la última década.
“Finalmente, es preciso destacar que asociado al desencanto respecto a las expectativas que generaron los Acuerdos de Paz y a las importantes deudas pendientes señaladas por la población, hay cada vez menor satisfacción con la forma en que la democracia ha funcionado en el país. Esto representa un grave riesgo, pues cuando la democracia se vacía de contenido y se reduce a una formalidad, hay cada vez más ciudadanos dispuestos a apoyar eventuales retrocesos al orden democrático”, resumió el estudio del Iudop.
Al respecto, el académico y excomandante guerrillero Dagoberto Gutiérrez recuerda que “éstos acuerdos políticos produjeron el fin de la guerra, pero no el abordaje del conflicto social, económico y político que generó precisamente la guerra”. En un artículo publicado en el sitio web de la Tendencia Revolucionaria (TR), organización crítica que Gutiérrez lidera, aseguró que la sola palabra guerra desaparece del lenguaje político y la palabra paz pasa a ser la red más conveniente para la captura de votos.
“En realidad, se están sentando las bases para que la guerra civil, que terminó como negociación, se convirtiera durante veinte años en la actual guerra social que estremece a la sociedad”, enfatizó.
El Iudop, institución con casi tres décadas de trayectoria, corrobora estas conjeturas en su más reciente estudio, donde concluye que la población salvadoreña considera que los Acuerdos de Paz firmados en 1992 no solucionaron los problemas del pasado, como la pobreza, la inseguridad y la injusticia, colocando al país en una situación aún peor de la que estaba durante la guerra civil, en una “guerra social”.
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